Transfiguraci贸n de nuestro Se帽or: domingo antes de la Cuaresma (2 de marzo)
Una probada moment谩nea de eternidad y gloria
Seis d铆as despu茅s, Jes煤s tom贸 consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, el hermano de Jacobo, y los llev贸 aparte, a una monta帽a alta. All铆 se transfigur贸 en presencia de ellos; su rostro resplandeci贸 como el sol, y su ropa se volvi贸 blanca como la luz. En esto, se les aparecieron Mois茅s y El铆as conversando con Jes煤s. Pedro le dijo a Jes煤s:
鈥擲e帽or, 隆qu茅 bien que estemos aqu铆! Si quieres, levantar茅 tres albergues: uno para ti, otro para Mois茅s y otro para El铆as.
Mientras estaba a煤n hablando, apareci贸 una nube luminosa que los envolvi贸, de la cual sali贸 una voz que dijo: 芦脡ste es mi Hijo amado; estoy muy complacido con 茅l. 隆Esc煤chenlo!禄
Al o铆r esto, los disc铆pulos se postraron sobre su rostro, aterrorizados. Pero Jes煤s se acerc贸 a ellos y los toc贸.
鈥擫ev谩ntense 鈥攍es dijo鈥. No tengan miedo.
Cuando alzaron la vista, no vieron a nadie m谩s que a Jes煤s.
Mientras bajaban de la monta帽a, Jes煤s les encarg贸:
鈥擭o le cuenten a nadie lo que han visto hasta que el Hijo del hombre resucite.
Entonces los disc铆pulos le preguntaron a Jes煤s:
鈥斅縋or qu茅 dicen los maestros de la ley que El铆as tiene que venir primero?
鈥擲in duda El铆as viene, y restaurar谩 todas las cosas 鈥攔espondi贸 Jes煤s鈥. Pero les digo que El铆as ya vino, y no lo reconocieron sino que hicieron con 茅l todo lo que quisieron. De la misma manera va a sufrir el Hijo del hombre a manos de ellos.
Entonces entendieron los disc铆pulos que les estaba hablando de Juan el Bautista
(Mateo 17:1-13).
La transfiguraci贸n de nuestro Se帽or sucede en un momento clave del ministerio p煤blico de Jes煤s. Pedro ha confesado que Jes煤s es el Mes铆as, el hijo del Dios viviente (en Mateo 16:16), y de inmediato, para evitar falsas expectativas, Jes煤s le aclara a sus disc铆pulos que eso conlleva la realidad de su sufrimiento, muerte y resurrecci贸n (Mt 16:21). Ante la actitud de Pedro de evitar el sufrimiento y la muerte, Jes煤s discierne la tentaci贸n sat谩nica a trav茅s de Pedro e instruye a sus disc铆pulos sobre el costo del discipulado que incluye el sufrimiento e incluso la muerte: deben llevar su propia cruz (Mt 16:22-27). Como un est铆mulo, Jes煤s anuncia que algunos de ellos ver谩n al Hijo del hombre llegar en su reino (Mt 16:28). Poco despu茅s, sucede la transfiguraci贸n, una visi贸n de Jes煤s como el rey del reino de los cielos.
Es entonces la transfiguraci贸n, una visi贸n de la gloria y presencia del reino entre los disc铆pulos. Al menos los tres disc铆pulos que Jes煤s llev贸 a la monta帽a, Pedro, Jacobo y Juan, son testigos de la gloria y singularidad de su maestro, el Mes铆as . Pedro as铆 lo repetir谩 despu茅s (2 Pedro 1:16-19). Debemos escuchar a Jes煤s, el Hijo amado del Padre.
Era una visi贸n necesaria ante los eventos tr谩gicos que en pocos d铆as habr铆an de vivir Jes煤s y sus disc铆pulos. Esa visi贸n le habr铆a de dar fortaleza y 谩nimo ante la adversidad y el dolor. En medio del dolor deb铆an mantener la visi贸n de su poder y gloria.
Aunque hoy en d铆a nosotros no tenemos una visi贸n como esa, es por medio de la fe (Hebreos 11:1) que podemos mirar m谩s all谩 de lo que nuestros ojos y experiencia nos muestran, para discernir esa otra realidad o dimensi贸n de la vida en la que Dios reina por medio de su Hijo amado. El andar no solo por vista sino por fe nos permite cobrar fuerzas ante la adversidad y seguir el camino marcado. Este pasa por la cruz pero culmina en la gloria.
Hoy en d铆a las realidades de un mundo en que el mal y sus agentes parecen triunfar, en que los se帽ores de este mundo parecen imponer su voluntad y sus planes de muerte y destrucci贸n (del planeta, de las deportaciones masivas de minor铆as, de los condenados de la tierra, del tejido social y familiar), s贸lo es posible seguir adelante cuando la visi贸n de Jes煤s y su reino se puede vislumbrar gracias al ejercicio constante de la fe: "Es la fe la garant铆a de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve" (Hebreos 11:1).
Mi茅rcoles de ceniza: inicio del tiempo de penitencia, preparaci贸n y discernimiento
鈥淓ns茅帽anos a contar bien nuestros d铆as, para que nuestro coraz贸n adquiera sabidur铆a鈥 (Salmo 90:12).
Los cuarenta d铆as previos a la pascua son d铆as que la tradici贸n cristiana ha considerado como d铆as de reflexi贸n sobre nuestra mortalidad, nuestros sufrimientos, nuestros pecados y la necesidad de volvernos a Dios para ser restaurados y tener una nueva vida. Comenzamos a cultivar esa actitud guiados por el Salmo 90:
Oraci贸n de Mois茅s, hombre de Dios.
Se帽or, t煤 has sido nuestro refugio
generaci贸n tras generaci贸n.
Desde antes que nacieran los montes
y que crearas la tierra y el mundo,
desde los tiempos antiguos
y hasta los tiempos postreros,
t煤 eres Dios (Sal 90:1-2).
El salmo abre la reflexi贸n hablando directamente a Dios que ha sido un refugio seguro, desde la eternidad y hasta la eternidad, por todas las generaciones, para quienes conf铆an en 茅l. La reflexi贸n mira al pasado m谩s lejano y desde all铆 arma la suplica a Dios:
T煤 haces que los hombres vuelvan al polvo,
cuando dices: 芦隆Vu茅lvanse al polvo, mortales!禄
Mil a帽os, para ti, son como el d铆a de ayer, que ya pas贸;
son como unas cuantas horas de la noche.
Arrasas a los mortales. Son como un sue帽o.
Nacen por la ma帽ana, como la hierba
que al amanecer brota lozana
y por la noche ya est谩 marchita y seca (Sal 90:3-6).
Haciendo eco a G茅nesis 3, el orante recuerda que el regreso al polvo es parte de la sentencia pronunciada contra Ad谩n y Eva, y todas las generaciones subsiguientes. En consecuencia, la brevedad de la vida humana se agrava al compararla con la eternidad de Dios. Mil a帽os de Dios son como un breve d铆a nuestro. Somos tan fr谩giles y perecederos como la flor de un d铆a.
Tu ira en verdad nos consume,
tu indignaci贸n nos aterra.
Ante ti has puesto nuestras iniquidades;
a la luz de tu presencia, nuestros pecados secretos.
Por causa de tu ira se nos va la vida entera;
se esfuman nuestros a帽os como un suspiro.
Algunos llegamos hasta los setenta a帽os,
quiz谩s alcancemos hasta los ochenta,
si las fuerzas nos acompa帽an.
Tantos a帽os de vida, sin embargo,
s贸lo traen pesadas cargas y calamidades:
pronto pasan, y con ellos pasamos nosotros (Sal 90:7-10).
La brevedad de nuestra vida obedece a una raz贸n fundamental, tambi茅n a la luz de G茅nesis 3: la ira de Dios contra nuestras iniquidades y nuestra injusticia. La muerte, paga de nuestra rebeli贸n contra Dios, ya se discierne en la cotidianeidad. No solo se ha acortado nuestra vida a 70 u 80 a帽os; esos a帽os, adem谩s, est谩n cargados y plagados de las espinas y cardos que nos hieren cada d铆a.
"Qui茅n puede comprended el furor de tu enojo?
隆Tu ira es tan grande como el temor que se te debe!鈥 (Sal 90:11).
Y a pesar de ello, no aprendemos ni recapacitamos. La vida diaria, llena de 鈥減esadas cargas y calamidades鈥 debiera ser nuestra maestra para hacernos reflexionar. Pero no sucede as铆. "Ens茅帽anos a contar bien nuestros d铆as, para que nuestro coraz贸n adquiera sabidur铆a (Sal 90:12).
Por ello, el ruego central del salmista: Ay煤danos a ser disc铆pulos sabios que, conscientes de nuestra mortalidad justa, seamos capaces de adquirir sabidur铆a. Que la reflexi贸n de la levedad y fugacidad de nuestro ser nos incentive para ser cada d铆a mejores, para vivir cada d铆a con sabidur铆a.
驴Cu谩ndo, Se帽or, te volver谩s hacia nosotros?
隆Compad茅cete ya de tus siervos!
S谩cianos de tu amor por la ma帽ana,
y toda nuestra vida cantaremos de alegr铆a.
D铆as y a帽os nos has afligido, nos has hecho sufrir;
隆devu茅lvenos ahora ese tiempo en alegr铆a!
隆Sean manifiestas tus obras a tus siervos,
y tu esplendor a sus descendientes! (Sal 90:13-16).
Con un claro atrevimiento, el salmista llama a Dios a arrepentirse, a volver su camino hacia nosotros, a cambiar su actitud con nosotros y a tener compasi贸n. Que su amor abunde y que cada d铆a podamos verlo claramente desde que amanece, y podamos celebrar su gracia.
Que Dios, proporcionalmente a los d铆as malos en que 鈥渘os ha afligido, y nos ha hecho sufrir鈥 ahora nos d茅 d铆as llenos de alegr铆a, a nosotros y a nuestros descendientes. Que ellos tambi茅n experimenten la bondad de Dios: 鈥Que el favor del Se帽or nuestro Dios est茅 sobre nosotros. Confirma en nosotros la obra de nuestras manos; s铆, confirma la obra de nuestras manos鈥 (Sal 90:17).
El salmo cierra rogando que la bondad y gracia de Dios, su complacencia, est茅n sobre nosotros y que haga fruct铆fera y duradera 鈥渓a obra de nuestras manos.鈥 Que nuestro trabajo traiga satisfacci贸n y cuente con la bendici贸n de Dios.
Meditar en lo mucho que hemos ca铆do, en el para铆so perdido, en la insatisfacci贸n y futilidad de la vida, 鈥渓a insoportable levedad del ser鈥 (Kundera, 1984), pero tambi茅n apelar a la bondad y misericordia de Dios que puede y quiere remediar nuestra actual condici贸n gracias a Jes煤s鈥βu茅 mejor manera de iniciar esta temporada dirigidos por la profunda reflexi贸n de este salmo!
El camino hacia la cruz y la vida
Primer domingo de Cuaresma: atisbos de tormenta en el horizonte (9 de marzo)
Jes煤s anuncia sus sufrimientos, muerte y resurrecci贸n (Mateo 16:21-28)
Desde entonces comenz贸 Jes煤s a advertir a sus disc铆pulos que ten铆a que ir a Jerusal茅n y sufrir muchas cosas a manos de los ancianos, de los jefes de los sacerdotes y de los maestros de la ley, y que era necesario que lo mataran y que al tercer d铆a resucitara (Mt 16:21).
Inmediatamente despu茅s de que Pedro confiesa que Jes煤s es el Mes铆as, Jes煤s reconoce en sus palabras que Dios le ha abierto los ojos, y a continuaci贸n Jes煤s tiene que corregir la falsa idea de que el Mes铆as ha de entrar en su gloria y conquistar militarmente a sus enemigos. Semejante a David, Jes煤s debe restaurar el reino a Israel y traer los d铆as ansiados por el pueblo.
Jes煤s reiterar谩, al menos tres veces en el Evangelio de Mateo, que el sufrimiento y la muerte son parte inevitable de su ministerio. La culminaci贸n de su vida de servicio en Jerusal茅n, centro de la vida nacional, ten铆a como componente inevitable el rechazo, la violencia y el asesinato que ser铆an llevados a cabo por quienes ten铆an el poder religioso, social y pol铆tico entonces: los ancianos, jefes de los sacerdotes y los te贸logos o maestros de la ley.
Pedro lo llev贸 aparte y comenz贸 a reprenderlo:
鈥斅e ninguna manera, Se帽or! 隆Esto no te suceder谩 jam谩s!
Jes煤s se volvi贸 y le dijo a Pedro:
鈥斅l茅jate de m铆, Satan谩s! Quieres hacerme tropezar; no piensas en las cosas de Dios sino en las de los hombres (Mt 16:22-23).
Pedro reprende a Jes煤s con dureza. Expresa con toda seriedad y fuerza su desaprobaci贸n y censura a Jes煤s. Es un rega帽o como el de un padre o madre cuando la hija o el hijo han hecho algo muy malo. Era inconcebible para 茅l, y seguro para los dem谩s disc铆pulos, el sufrimiento y muerte anunciados por su maestro, el Mes铆as. La resistencia al sufrimiento y la muerte son normales en todo ser humano. 隆Qu茅 mejor que evitarlos!
Jes煤s responde a Pedro tambi茅n con palabras duras y discierne en sus palabras una tentaci贸n sat谩nica. Pedro tiene que aprender a ver la realidad con otra perspectiva: la de Dios. Es necesario, en el camino cristiano, aprender a descubrir y discernir esa otra realidad tambi茅n presente en este mundo que es solo visible a los ojos de la fe.
Luego dijo Jes煤s a sus disc铆pulos:
鈥擲i alguien quiere ser mi disc铆pulo, tiene que negarse a s铆 mismo, tomar su cruz y seguirme. Porque el que quiera salvar su vida, la perder谩; pero el que pierda su vida por mi causa, la encontrar谩. 驴De qu茅 sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida? 驴O qu茅 se puede dar a cambio de la vida? Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus 谩ngeles, y entonces recompensar谩 a cada persona seg煤n lo que haya hecho. Les aseguro que algunos de los aqu铆 presentes no sufrir谩n la muerte sin antes haber visto al Hijo del hombre llegar en su reino (Mt 16:21-28).
El camino de Jes煤s es paradigm谩tico para sus ap贸stoles y para nosotros. Tambi茅n debemos estar listos para tomar la cruz y perder la vida, si fuera necesario. A la visi贸n triunfalista y prospera de los disc铆pulos, Jes煤s pone delante de ellos el costo de ser agentes del reino. La llegada y desarrollo del reino siempre atraer谩n oposici贸n violenta de los poderosos de este mundo, ya sean religiosos, pol铆ticos o econ贸micos.
Ante tantas interpretaciones actuales del evangelio del reino de Jes煤s que prometen prosperidad y riquezas, una vida c贸moda e incluso prestigio, o un salvoconducto al cielo, el carpintero de Nazaret nos recuerda que serle fieles a 茅l y a su reino, y pagar el precio por hacerlo, trae aparejado el rechazo, el sufrimiento y la muerte. S贸lo despu茅s vendr谩 la gloria.
Segundo domingo de Cuaresma (16 de marzo): Los dolores de parto del reino de Jes煤s (Mateo 17:22-23)
鈥淓stando reunidos en Galilea, Jes煤s les dijo: 芦El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres. Lo matar谩n, pero al tercer d铆a resucitar谩.禄 Y los disc铆pulos se entristecieron mucho鈥 (Mt 17:22-23).
Poco despu茅s de la transfiguraci贸n y la experiencia extraordinaria como testigos de la gloria y se帽or铆o de Jes煤s, y luego de presenciar su poder al sanar a un muchacho endemoniado (Mt 17:14-21), Jes煤s nuevamente les recuerda a sus seguidores que no se deben dejar ofuscar por ello. 脡l ha de ser entregado a los hombres para ser asesinado. El camino del reino ya tiene m煤ltiples manifestaciones de la vida del reino, pero todav铆a no se manifiesta en su plenitud. Tenemos pruebas y adelantos, pero habremos de pasar tambi茅n por el c谩liz del sufrimiento.
Los disc铆pulos siguen sin entender y se entristecen en extremo. Es un dolor paralizante que a煤n no logra comprender el porqu茅 del sufrimiento y muerte de su maestro. No alcanzan a entender que la muerte de Jes煤s era indispensable para lograr nuestra redenci贸n. 脡l era el siervo de Jehov谩 de Isa铆as 53 que 鈥渇ue traspasado por nuestras rebeliones y molido por nuestras iniquidades鈥 (v.5). Despu茅s de su resurrecci贸n, Jes煤s recalcar铆a este significado.
Los disc铆pulos tampoco prestan atenci贸n a lo que dice Jes煤s acerca de su resurrecci贸n. Y es all铆 donde encontramos la clave que se repite muchas veces en las cartas de los ap贸stoles: ver los sufrimientos presentes en t茅rminos de su finalidad, del para qu茅, y de lo que viene despu茅s de ellos. Como luego lo aplicar谩 Pablo a sus propios padecimientos:
Pues los sufrimientos ligeros y ef铆meros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale much铆simo m谩s que todo sufrimiento. As铆 que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno (2 Corintios 4:17-18).
De hecho, sabemos que si esta tienda de campa帽a en que vivimos se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas. Mientras tanto suspiramos, anhelando ser revestidos de nuestra morada celestial, porque cuando seamos revestidos, no se nos hallar谩 desnudos. Realmente, vivimos en esta tienda de campa帽a, suspirando y agobiados, pues no deseamos ser desvestidos sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Es Dios quien nos ha hecho para este fin y nos ha dado su Esp铆ritu como garant铆a de sus promesas (2 Corintios 5:1-5).
Este es uno de los muchos pasajes que encontramos en las cartas de los ap贸stoles, recordatorio de que debemos aprender a interpretar el duro presente a la luz de un futuro inimaginable, de vida plena: 鈥渆s necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios鈥 (Hechos 14:22).
Tercer domingo de Cuaresma (23 de marzo): Jes煤s anuncia su confrontaci贸n final con los se帽ores de este mundo y su tr谩gico desenlace (Mateo 20:17-19)
Mientras sub铆o Jes煤s rumbo a Jerusal茅n, tom贸 aparte a los doce disc铆pulos y les dijo: 芦Ahora vamos rumbo a Jerusal茅n, y el Hijo del hombre ser谩 entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley. Ellos lo condenar谩n a muerte y lo entregar谩n a los gentiles para que se burlen de 茅l, lo azoten y lo crucifiquen. Pero al tercer d铆a resucitar谩.禄 (Mt 20:17-19).
Este tercer anuncio, cuando Jes煤s y sus disc铆pulos ya se acercan a Jerusal茅n, nuevamente pone de realce la realidad que Jes煤s ha de enfrentar y que sus ap贸stoles deben asimilar. Los l铆deres religioso-pol铆ticos (jefes de los sacerdotes) y los te贸logos que lo legitiman (maestros y doctores de la ley) lo juzgar谩n y condenar谩n a muerte. Roma ha de ejecutar la sentencia de muerte luego de someter a Jes煤s al escarnio y la tortura.
Jes煤s, al anunciar la llegada de su reino, cuestiona y pone en jaque mate al imperio romano con su depredaci贸n econ贸mica y social. El Mes铆as Jes煤s, con sus acciones y discursos, hace una severa cr铆tica al estamento religioso que hab铆a hecho de la religi贸n jud铆a un jugoso negocio econ贸mico que ejerc铆a un estricto control social y en cierto grado pol铆tico sobre las masas. Las 茅lites religiosas se enriquec铆an promoviendo el acomodamiento al imperio y, hasta donde era posible, fomentaban la pasividad y conformidad ante el sistema opresor.
El mensaje de Jes煤s con respecto a su pasi贸n y muerte no logra penetrar al entendimiento de sus seguidores. La madre de Jacobo y Juan (seg煤n algunos, t铆a de Jes煤s) le pide a Jes煤s lugares privilegiados para sus hijos en el reino. Cuando 茅l les habla de sufrimiento y muerte, ella (junto con muchos otros) piensa en el dominio, poder y honor para sus hijos.
As铆 nos sucede a nosotros, nos cuesta entender que la vida cristiana trae aparejado el sufrimiento y rechazo social. En muchos casos, incluso la muerte violenta. Las grandes mayor铆as en nuestras iglesias viven un cristianismo c贸modo, sin pena y sin gloria. Asisten a la iglesia, dan sus ofrendas, participan de algunas actividades y nada m谩s. No hay riesgos ni peligros. Y los predicadores les recuerden todo el tiempo que ya tienen su salvaci贸n asegurada: Esta es una gracia barata.
Por el contrario, cuando seguimos de cerca a Jes煤s, y como 茅l, denunciamos la hipocres铆a y complicidad de las iglesias y denominaciones ante los poderes econ贸micos, pol铆ticos y religiosos en nuestros pa铆ses, cuando cuestionamos y protestamos ante la opresi贸n y desigualdad econ贸mica, cuando no participamos de la corrupci贸n end茅mica de nuestras instituciones, cuando nos oponemos a la deshumanizaci贸n y falta de oportunidades de las mujeres, migrantes, minor铆as y marginados, entonces entendemos lo que significa andar en el camino de Jes煤s.
Entonces sufrimos el rechazo familiar, la estigmatizaci贸n social, la p茅rdida de empleo (tambi茅n en las iglesias y sus instituciones) y las respuestas violentas de las personas e instituciones cuestionadas. Muchos y muchas han pagado con sus vidas.
Pedro ofrece su interpretaci贸n ante los sufrimientos que experimentamos por causa de nuestra fe y el valor al cuestionar a las personas que ostentan el poder, y nos da una perspectiva que recupera la ense帽anza de Jes煤s. De hecho, entiende nuestras pruebas como una participaci贸n de los 鈥渟ufrimientos de Cristo鈥:
Queridos hermanos, no se extra帽en del fuego de la prueba que est谩n soportando, como si fuera algo ins贸lito. Al contrario, al茅grense de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que tambi茅n sea inmensa su alegr铆a cuando se revele la gloria de Cristo. Dichosos ustedes si los insultan por causa del nombre de Cristo, porque el glorioso Esp铆ritu de Dios reposa sobre ustedes. Que ninguno tenga que sufrir por asesino, ladr贸n o delincuente, ni siquiera por entrometido. Pero si alguien sufre por ser cristiano, que no se averg眉ence, sino que alabe a Dios por llevar el nombre de Cristo (1 Pedro 4:12-16).
No es que debamos buscar el martirio como un fin en s铆 mismo, pero seguir a Jes煤s de manera congruente y decidida atraer谩 la violencia de quienes ven afectados sus privilegios.
Cuarto domingo de Cuaresma (30 de marzo): vivir para servir (Mateo 20:20-28)
Entonces la madre de Jacobo y de Juan, junto con ellos, se acerc贸 a Jes煤s y, arrodill谩ndose, le pidi贸 un favor.
鈥斅縌u茅 quieres? 鈥攍e pregunt贸 Jes煤s.
鈥擮rdena que en tu reino uno de estos dos hijos m铆os se siente a tu derecha y el otro a tu izquierda.
鈥擭o saben lo que est谩n pidiendo 鈥攍es replic贸 Jes煤s鈥. 驴Pueden acaso beber el trago amargo de la copa que yo voy a beber?
鈥擲铆, podemos.
鈥擟iertamente beber谩n de mi copa 鈥攍es dijo Jes煤s鈥, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde concederlo. Eso ya lo ha decidido mi Padre.
Cuando lo oyeron los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos. Jes煤s los llam贸 y les dijo:
鈥擟omo ustedes saben, los gobernantes de las naciones oprimen a los s煤bditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad. Pero entre ustedes no debe ser as铆. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deber谩 ser su servidor, y el que quiera ser el primero deber谩 ser esclavo de los dem谩s; as铆 como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos (Mt 20:20-28).
En el contexto de 鈥渉orizontes que se cierran鈥 (Tamez, 1998), de atisbos de tormenta y de sus reiterados anuncios de la inevitable y necesaria cruz, Jes煤s pone en palabras lo que es la se帽al fundamental del reino: el servicio a otros.
En el contexto de 鈥渉orizontes que se cierran鈥 (Tamez, 1998), de atisbos de tormenta y de sus reiterados anuncios de la inevitable y necesaria cruz, Jes煤s pone en palabras lo que es la se帽al fundamental del reino: el servicio a otros.
Los disc铆pulos han presenciado los milagros y prodigios de Jes煤s para dar vida a los marginados de la vida. Han escuchado sus sorprendentes ense帽anzas que muestran una lucidez y autoridad muy por encima de los te贸logos y doctores de la ley. Pero aun as铆, esos seguidores despistados, todav铆a buscan y anhelan el poder y la gloria de un puesto prominente en el reino de Jes煤s. En su mente, siguen los modelos de aquellos que ostentan el poder con todos sus privilegios: los pol铆ticos de Roma y Jerusal茅n, los poderosos ricos que compran el poder; los l铆deres religiosos que han hecho de la fe un negocio y una forma de control social.
Jes煤s, nuevamente, ante la petici贸n de la madre de los hijos de Zebedeo, muestra que su reino es un reino al rev茅s (Donald Kraybill). O bien, que en un 鈥榤undo patas arriba鈥 (Eduardo Galeano) en el cual los poderosos 鈥渙primen a los s煤bditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad鈥, se debe enderezar la realidad y volver a la vocaci贸n fundamental del ser humano desde el principio: el servicio a los dem谩s.
Un servicio que da vida plena a los que carecen de oportunidades y privilegios, que han sido marginados y pisoteados por los que est谩n arriba de ellos. Jes煤s encarn贸 ese estilo de vida y ahora lo encomienda a sus disc铆pulos. Solo as铆 reencontrar谩n su humanidad y la de los dem谩s. Solo as铆 se instalar谩 un reino de buenas nuevas para todas las personas. Solo as铆 la vida florecer谩 en el desierto, los huesos secos volver谩n a vivir y del tronco cortado brotar谩 el reto帽o. Los macondos y p谩ramos de nuestra Am茅rica morena ser谩n lugares donde la vida social florezca, el trabajo sea satisfactorio y todas y todos podamos vivir en nuestros hogares el shalom de Dios.
Hoy d铆a muchos prefieren para sus actividades de proselitismo los milagros y prodigios como marca de sus ministerios, otros descansan en sus t铆tulos, elocuencia y profundos conocimientos para impresionar a la gente, tambi茅n hay quienes han hecho de sus servicios religiosos showsespectaculares y divierten a las masas con su entretenimiento santo. Muchos m谩s promueven sus tareas de conversi贸n con pol铆ticos, artistas y deportistas famosos que son parte de su grupo religioso.
Lo que escasea es el servicio discreto pero eficaz, el poder de la debilidad que vence las fuerzas del mal y rehabilita a las personas ca铆das. La disposici贸n de dar la vida por el bien de otras personas y as铆 imitar a Jes煤s. Como lo dice Pablo, 鈥淧or tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados, y lleven una vida de amor, as铆 como Cristo nos am贸 y se entreg贸 por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios鈥 (Efesios 5:1-2).
Hace falta que ese amor se manifieste en la b煤squeda y atenci贸n de los marginados y marginadas, en la acogida a los inmigrantes, en el hambre y sed de justicia que busque cambiar estructuras injustas, en la misericordia activa hacia todos. Esto es lo que finalmente ser谩 el criterio para distinguir al genuino seguidor y seguidora de Jes煤s de quien no lo es. En las palabras de Jes煤s, una vida de servicio y amor al pr贸jimo se expresa concretamente cuando: 鈥渢uve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento; necesit茅 ropa, y me vistieron; estuve enfermo, y me atendieron; estuve en la c谩rcel, y me visitaron鈥 (Mt 25:35-36).
Que el tiempo de Cuaresma nos lleve, aun en medio de las adversidades, a vivir plenamente sirviendo a todas las personas que lo necesitan.